Empleado/a feliz, empresa productiva

Siguiendo con la temática de nuestra anterior entrada, este post refleja una verdad que ninguna empresa puede (o debe) pasar por alto si quiere encarar el futuro con ciertas garantías de éxito: una persona altamente motivada resulta mucho más productiva y ello se traduce en beneficios para la empresa y, asimismo para la propia persona que trabaja en esa empresa.

Personas motivadas

¿Qué es la motivación?

Sin embargo, antes de continuar tal vez deberíamos aclarar qué se entiende por motivación, especialmente aplicada al entorno laboral. El diccionario de la Real Academia de la Lengua define la motivación como el “conjunto de factores internos o externos que determinan en parte las acciones de una persona”. Es decir, aquellos factores que nos predisponen a actuar de una determinada manera y, en el caso del trabajo, aquello que predispone a un/a empleado/a a trabajar más y mejor.

Una de las palabras claves en la definición anterior es la de factores. Así pues el empresario o empresaria que desee elevar el rendimiento de su empresa deberá ser capaz de encontrar cuáles son esos factores y aplicarlos a su empresa de una forma inteligente.

DineroUn error muy común a muchas empresas es el de quedarse en factores puramente materiales como es, por ejemplo, el dinero. Si bien es cierto que una mayor remuneración puede inducir a un trabajador a trabajar más o a soportar mejor su carga de trabajo, también lo es que dicha motivación en muchas ocasiones no es suficiente para que un trabajador resulte satisfecho ya que, por un lado, el dinero no supone lo mismo ni tiene la misma importancia para todas las personas, también es un valor que puede cambiar en función de las circunstancias de la propia persona o de la coyuntura social que le rodea.


Así pues, si deseamos motivar a un miembro de la plantilla debemos averiguar antes tres aspectos:

1. ¿Qué es importante para esa persona?

2. ¿Qué es importante para las personas que le son importantes?

3. ¿Qué le aporta la tarea a realizar a esa persona? ¿En qué medida esa tarea le supone un desarrollo de cualquier tipo (profesional, personal)?

Esos aspectos pueden ser diferentes para cada persona y por tanto lo que motive a una puede que no sirva para motivar a otra. Volviendo al caso que mencionábamos anteriormente acerca del dinero, ello nos sirve para hablar de dos tipos de factores, según la distinción establecida por el psicólogo Frederick Herzberg: factores higiénicos y factores motivacionales.

· Factores higiénicos son aquellos que se limitan a evitar la insatisfacción del trabajador pero no aumentan per se su motivación. El dinero, es decir, el sueldo, la categoría profesional, la relación con los superiores o subordinados, etc., son aspectos que entrarían dentro de esta categoría. 

Tradicionalmente, las empresas sólo tenían en cuenta este tipo de factores a la hora de motivar a su personal. Aspectos como los incentivos, las primas por objetivos o recompensas de diversos tipos ayudaban a reducir la insatisfacción pero, en cambio, no aumentaban la satisfacción y cuando ese tipo de "premios" desaparecían por diversas circunstancias acababan provocando el efecto contrario, la insatisfacción de la persona trabajadora que podía conllevar otros efectos como mal humor, estrés e incluso agresividad.

· Factores motivacionales propiamente dichos, son aquellos que realmente procuran satisfacción a la persona y, por tanto, los que se traducen en un mejor rendimiento de la misma y en el consiguiente aumento de la productividad de la empresa.

Es en estos últimos factores en los que se debe centrar la atención. Estos factores están relacionados no tanto con aspectos como la remuneración salarial o la categoría laboral como con las tareas que la persona realiza y el grado de responsabilidad, satisfacción, desarrollo y crecimiento personal que le proporcionan.

Son factores que refuerzan la autoestima de la persona y, a su vez, potencian otras características de la misma como su grado de confianza, independencia, creatividad etc.

Para lograr alcanzar ese objetivo hay una serie de consejos que la persona responsable de una empresa debe tener en cuenta.

Consejos para motivar en el trabajo

1. Lograr que la persona se sienta responsable del trabajo que realiza. Dotar de más autonomía a la persona a la hora de tomar sus decisiones acerca de cómo realizar su trabajo hará que lo sienta como propio y por tanto, la satisfacción ante una tarea bien hecha será mucho mayor.

Personal feliz2. Evitar las tareas mecánicas, monótonas y repetitivas. Proporcionar a la persona una variedad de tareas que continuamente le supongan un estímulo y nuevos retos es otro factor que aumentará el interés y la motivación de la persona hacia el trabajo que realiza.

3. Crear un  buen clima laboral. Fomentar las buenas relaciones entre las personas responsables y su equipo, entre los propios miembros del equipo o entre el trabajador y sus clientes. Unas buenas relaciones son básicas para aumentar la satisfacción de la persona en su puesto de trabajo.

Comunicación empresarial4. Abrir los canales de comunicación. Este punto está muy relacionado con el anterior. Para que existan unas buenas relaciones es necesario que hayan unos canales de comunicación fluidos en todas las direcciones tanto en vertical como en horizontal. Es muy  importante generar el clima necesario de confianza para que cualquier problema existente en el entorno laboral pueda ser expresado de inmediato y solucionado.

5. Crear equipos de trabajo colaborativos. El hecho de formar parte de un equipo de trabajo hace que la persona se sienta parte de un todo, ayuda a que su trabajo sea valorado por los demás y aumenta la responsabilidad que esa persona siente hacia la tarea que realiza puesto que su resultado también aporta valor al trabajo de los demás.


Sin duda hay más pautas pero con estos sencillos ejemplos se pueden generar las condiciones adecuadas para que la persona acuda a su puesto de trabajo de forma mucho más motivada y, con ello, no solo ganará la persona sino también la empresa en la que trabaja.

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