LA ENTREVISTA ASERTIVA

Una de las acepciones que podemos encontrar de la palabra asertividad es la de “tener la capacidad para expresar o transmitir lo que se quiere, lo que se piensa o se siente sin incomodar, agredir o herir los sentimientos de la otra persona”. La asertividad es, por tanto, una cualidad fundamental a poner en práctica a la hora de realizar una entrevista de trabajo, puesto que muchos procesos de selección no son superados por los candidatos por alguno de estos dos factores implícitos en la asertividad: o bien no hemos sabido transmitir de una forma adecuada lo que queremos, es decir, nuestro interés, competencias y aptitudes; o bien hemos actuado de una forma que el entrevistador ha podido interpretar como agresiva o inadecuada.
 
El entrenamiento en conductas asertivas es fundamental, si queremos incrementar nuestras posibilidades de superar los procesos de selección a los que nos vamos a enfrentar.
 
La conducta asertiva se compone de tres elementos:
  1. Ser capaz de expresar lo que uno piensa.
  2. Saber decir lo que uno quiere decir y cómo decirlo.
  3. Saber utilizar los gestos, la mirada, el tono de voz, la postura, etc. de una forma correcta.
Ahora veamos como cumplir con los componentes de la conducta asertiva en una entrevista de trabajo:
  • En primer lugar, saludar con seguridad al entrevistador o entrevistadores, darles la mano con firmeza (pero sin exagerar), mirando a los ojos y con expresión sonriente y confiada. Recuerda que la entrevista de trabajo empieza en el momento en que entras por la puerta y no termina hasta que te encuentras otra vez en la calle.
  • Ser sincero acerca de nuestra situación actual y no ponernos nerviosos cuando se nos pregunte por ella. Estar en desempleo no se trata de nada vergonzoso. Informar al entrevistador de las acciones que estamos realizando para encontrar trabajo y transmitir una sensación de optimismo acerca de nuestras posibilidades. Recuerda no transmitir ninguna sensación negativa o de acritud hacia nuestros antiguos empleadores o empresas.
  • En tercer lugar, contestar autoafirmándonos a lo que nos preguntan, utilizando un vocabulario positivo y remarcando nuestros logros personales con expresiones que potencien esa autoafirmación personal: “Por supuesto”, “he realizado”, “he participado en…”, “estoy muy satisfecho con…” etc. Para ello resultará útil realizar un listado con nuestros logros profesionales y transmitírselos al entrevistador en cuanto tengamos oportunidad.
  • Utilizar la técnica de reformulación positiva; esto es, darle la vuelta a los argumentos negativos que nos planteen convirtiéndolos en positivos. Debemos tener en cuenta que el entrevistador, en muchas ocasiones interpretará el rol de “abogado del diablo”, planteándonos objeciones, intentando descubrir carencias o inseguridades por nuestra parte; pero esta actitud pretende de nosotros que las rebatamos y le contradigamos potenciando nuestros puntos fuertes. El entrevistador no es nuestro enemigo sino la persona que tiene que contratarnos. Piensa que muchas de las cosas que nos diga, sobre todo en lo que se refiere a objeciones (del tipo: "no encajas en el perfil") a lo mejor no las piensa de verdad sino que lo que espera es que le contradigamos, amable y correctamente, y le digamos las razones por las que creemos que sí encajamos en el perfil y por qué podríamos ocupar ese puesto de trabajo. Recuerda: la botella nunca está medio vacía sino medio llena.
  • Por último, emplear de forma adecuada la comunicación no verbal para que potencie y refuerce nuestra comunicación verbal. Debemos tener en cuenta que si nuestra comunicación no verbal (nuestros gestos, nuestra actitud) entra en contradicción con nuestra comunicación verbal (lo que estamos diciendo; por ejemplo, si decimos que estamos muy seguros de poder aceptar las responsabilidades del puesto pero lo decimos con la miraba baja), el interlocutor siempre hará más caso de lo que diga nuestra comunicación no verbal. La mirada, los gestos, el tono de voz siempre tienen que apoyar lo que estamos diciendo (si estamos diciendo que no nos asustan los retos que va a suponer nuestro nuevo puesto, hay que decirlo mirando de frente a nuestro interlocutor, sonriente, con un tono de voz audible y apoyando la afirmación con las manos).
 
Si sigues estos consejos estarás usando un estilo asertivo en la entrevista y con ello aumentarás tus posibilidades de superar ese procesos de selección.
 
Si quieres ampliar esta información o tienes dudas al respeto, puedes comentarlas con un tutor en Inaem Orienta.

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